sábado, 13 de noviembre de 2010

SENDA LA ALDEA PERDIDA

Entre la pequeña localidad de Entralgo en Laviana y el vecino pueblo de Villoria existe una senda perdida,un pequeño camino oculto a primera vista pero lleno de belleza capaz de alimentar nuestros sentidos. Tras descubrir este rincón a través de una de las imágenes que utilicé para ilustrar mi blog, no tuve más remedio que contemplarlo y fotografiarlo personalmente.

A medida que uno va dejando atrás el paisaje urbano y se va adentrado en el bosque, el sonido de la carretera comienza a parecer muy lejano y da paso a otro mundo donde reina el silencio que nos regala la naturaleza, únicamente interrumpido por el movimiento de las hojas o el canto de algún pájaro. En ciertos tramos del recorrido, los árboles han ido inclinándose de tal forma que parecen saludarte al pasar bajo ellos, mientras que en otros lugares han formado una especie de marco que se completa con el paisaje de un horizonte coronado por las montañas. La escasa compañía que uno encuentra durante el viaje, la componen las curiosas vacas que te siguen con la mirada mientras continúan pastando impasibles entre las verdes praderas. Se trata de un camino fácil de recorrer tapizado por hojas secas y cáscaras de árboles frutales. Castaños, avellanos, robles... todos te dan la bienvenida a un rincón del mundo evocador que ya inspiró en su momento al escritor Armando Palacio Valdés y sirvió de escenario perfecto para situar su novela “La aldea perdida” en cuyo honor se bautizó a esta senda. 
 
Nacido el 4 de octubre de 1853 en Entralgo, Palacio Valdés abandonó su pueblo natal a los pocos meses para trasladarse con su familia a Avilés. Unos años más tarde regresó y sucumbió ante el encanto rural de estas tierras donde pasaría largas temporadas a lo largo de su vida. En 1870 se trasladó a Madrid para acabar dirigiendo la Revista Europea y tras varias novelas de éxito en 1903, llegaría la más famosa de sus obras "La aldea perdida". El reconocimiento lo alcanzó tres años más tarde cuando pasó a ocupar un sillón vacante en la Academia de la Lengua. En plena Guerra Civil, con 84 años de edad, Armando Palacio Valdés falleció en Madrid, pero todavía se publicaría una última obra póstuma "Álbum de un viejo" que vería la luz tres años después de su muerte.

Su vida y obra permanecen en el pueblo que le vio nacer y cuyo mayor atractivo turístico es El Centro de Interpretación Armando Palacio Valdés ubicado en la mismísima casa natal del escritor , en ella se puede hacer un recorrido por su literatura y sobre todo por su novela más conocida “La Aldea Perdida”. La historia se sitúa en tierras de Laviana a finales del siglo XIX con la llegada de la primera industrialización. Se trata de una novela costumbrista inspirada en la cultura y el paisaje de la tierra natal del autor en la que los personajes llevan una existencia tranquila y feliz alterada por la explotación minera de la zona. En el libro este elemento desestabilizador es descrito como un enemigo implacable que termina con los días de vino y rosas y empaña las historias de amor de los protagonistas.

Cuando recorres la senda Aldea Perdida descubres lugares descritos con nostalgia por Armando Palacio Valdés y a pesar de no estar tan remota como su nombre indica, sí que consigue transportarnos a un rincón mágico cuyo encanto no se ha visto alterado por el paso de los años ni del ser humano.

El 13 de noviembre es una fecha muy importante para mi y no quiero perder la oportunidad de finalizar este día dedicando unas palabras a alguien muy especial.
Espero estar ahí siempre que me necesites , espero orientarte si te pierdes pero también saber cuando debo dejarte continuar sin mi,deseo que siempre tengas un motivo para sonreír pero sobre todo espero lograr que sonrías incluso cuando no haya motivos.

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